Si bien es cierto los retos de la educación son globales, cobra sentido que la Universidad Nacional ponga especial atención a los retos regionales del país y de otros países latinoamericanos. Esto se refiere a la contribución para atender las necesidades de las regiones del país en relación con su desarrollo económico, social, cultural y educativo, pero también esté preparada para contribuir y atender los retos que la región latinoamericana le plantea, como los aspectos demográficos, conflictos políticos o armados y migraciones, entre otros.

En concordancia con lo planteado en el PMPI 2023-2027, en términos de la regionalización, entendida en la relación que la institución logra con la sociedad, al integrarla en su quehacer, propiciando el “fortalecimiento institucional y social en las regiones”; es prioritario que la UNA busque con mayor vehemencia las condiciones para una verdadera regionalización del acceso a la educación superior. El desafío no está solamente en la cobertura, está además en la igualdad de condiciones para el acceso y el éxito académico que conduzca a mayores índices de finalización y graduación. En esta dimensión la transformación digital de la acción sustantiva y de la gestión administrativa serán de gran valor, pues el apoyo de las tecnologías podría contribuir a resolver las disparidades geográficas en la educación superior (Álvarez & Prieto, 2023), lo que a la vez significa superar las brechas generadas por el mismo desarrollo tecnológico.